¡Era mi momento y no el tuyo!

  Te encontré en un punto de mi vida en el que yo ya sabía exactamente lo que quería y tu aún simplemente no te habías ni encontrado a ti mismo, dolía verte día tras día sin poder expresar aquello que sentía, sin poder decirte que yo había encontrado aquello que tú estabas buscando en ti mismo, me dolía saber que había pasado tanto tiempo sin estar ilusionada con alguien y cuando más lo estoy no me era correspondido. Simplemente dolía pensarte, pensarnos, pensarme. Era un dolor al que no estaba acostumbrada, pero me acostumbré rápidamente e incluso me hice adicta a él no pasaba ni un día en el que no me preguntara quizás hoy, hasta que comprendí a base de noches en vela, lágrimas, enfados, sueños, largas charlas… que yo no podía obligarte a estar en mi tiempo, comprendí que cada persona tiene su propio ritmo, que no podía forzar nada y mucho menos podía estar destruyéndome psicológicamente esperando algo que estaba totalmente fuera de mi alcance, tardé en aceptarlo y en hacerme a la idea de que había encontrado a mi persona pero que él no había encontrado a la suya.  Ahí fue cuando acepte que quizás había llegado muy tarde, demasiado pronto o que simplemente me había equivocado.

EL MUNDO ESTA LOCO, DEFINITIVAMENTE LOCO


Dicen que al mal tiempo buena cara, que después de la tormenta siempre llega la calma, pero que al fin y al cabo las cosas nunca cambian. Que todo lo que sube baja, pero que agua que pasa no mueve molinos. También dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero que segundas partes nunca fueron buenas; que quien tiene boca se equivoca y que rectificar es de sabios. Que querer es poder y hace más quien quiere que quien puede, pero que quien todo lo quiere todo lo pierde, además que de donde no hay no se puede sacar. Que quien no arriesga no gana, que quien la sigue la consigue. Que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero que a quien madruga Dios le ayuda. Que si te pica te rascas, que todo lo que escuece cura. Que no hay más ciego que el que no quiere ver, que a palabras necias oídos sordos pero que a buen entendedor pocas palabras bastan. Que la confianza da asco. Y que quien no corre vuela, que ya se sabe que las apariencias engañan y que por supuesto que no es oro todo lo que reluce. Y mira que quieres que te diga si quien avisa no es traidor, que si te he visto no me acuerdo, y que a rey muerto rey puesto. Que más vale solo que mal acompañado.

¿Qué es coraza?

Esa maldita manía de no dejar escapar ni una sola lágrima, de sentirte débil y tener que aparentar ser fuerte. Es saber digerir la rabia sólo aprentando los dientes, sonreír y decir que nada duele. Es estar hecha una mierda y trabajar duro para que nadie se dé cuenta, evitar preguntas que delaten, no querer ni pretender que nadie te entienda. Es tener miedo a que te hieran. 
.... Y lo peor de todo es que muchas noches lloras, como la que más, y lo haces sola, por tonta y cabezona. Sabes que estás vendiendo una imagen que no eres, que intentas exteriorizar pero no puedes, que saben mucho más de lo que piensas aquellos que te quieren. Y aún así te tapas la cara, te escondes y tiemblas. Solo quieres evaporarte, y no quieres que nadie te vea.
Eres consciente de que tu inconsciente busca desesperado un abrazo cómplice, alguien que le mime, pero no te dejas, evitas y tienes mucho miedo a que te abracen. Sabes de sobra que la coraza no es piedra y que si alguien se lo propone la rompe y la quiebra, y es justamente lo que no quieres, que nada ni nadie la quiebre, que nada ni nadie te rompa. Pero no sabes que saben que detrás de esa coraza la chica fuerte no existe.

Del libro: Casi sin querer #Defreds



Hay personas que pasan por nuestra vida, que son heridas. Algunas desde el principio y hasta el final. Otras aparecen para salvarte y terminan matando.
Lo intentamos todo: desinfectar, tomar calmantes para el dolor... y terminamos poniendo una tirita.
El problema es que siempre quitamos la tirita poco a poco, con dolor en cada tirón, y algunas veces es mejor tirar de golpe, arrancando la piel sólo por una vez.
Cicatriz nos va a quedar igual, pero sólo una y más bonita.
Y aunque esté curada siempre escuece.